La historia del Sudoku es el reflejo del propio juego. Es sencilla, pero no tan clara y lineal como uno podría pensar. La idea errónea de que se trata de un puzle nacido en Asia es la prueba de cómo su historia es tan inusual. De hecho, son muchas las personas que se sorprenden al descubrir que se trata de una creación occidental.
Han sido necesarios casi 100 años para que el Sudoku alcanzara su forma final y lograra el éxito mundial del que disfruta hoy, pero lo bueno se hace esperar y el Sudoku claramente ha llegado para quedarse.
La historia del Sudoku empezó a ser escrita en Suiza, en el siglo XVIII, por la mano del físico y matemático Leonhard Euler (1707-1783).
Euler combinó los conceptos de Cuadrado Latino y Cuadrado Mágico para crear un sistema matemático de análisis estadístico. El nombre de Cuadrado Latino resulta del uso del alfabeto latino para rellenar una matriz o un cuadrado, mientras que el Cuadrado Mágico se refiere al posicionamiento de dígitos en una tabla según una fórmula matemática de modo que la suma de cada línea y columna sea siempre igual.
En su estudio científico “De quadratis magicis” de 1776, Euler aplicó varias restricciones en una tabla de 9, 16, 25 y 36 celdas, enseñando cómo crear un cuadrado mágico con el alfabeto latino. El concepto de Euler estaba todavía muy lejos del de Sudoku, pero los principios aplicados en su estudio serían años más tarde la inspiración detrás de la creación del rompecabezas numérico tan popular hoy en día.
El primer registro de un Sudoku moderno puede ser encontrado en Nueva York, en Dell Pencil Puzzles and Word Games, una revista de puzles y palabras cruzadas que contaba ya con décadas de experiencia y popularidad.
En 1979, Dell publicó un puzle numérico titulado “Ubicar el número”, en el que los jugadores tenían que posicionar los números de 1 a 9 en una tabla de 9 por 9, sin repetir los dígitos en una línea o columna. Estas reglas son ahora bien conocidas por cualquier jugador de Sudoku, pero entonces eran algo totalmente nuevo.
Se cree que Howard Garns, un arquitecto jubilado de Indianápolis y un aficionado a la creación de puzles, fue la mente detrás de estos puzles de Dell. Nunca recibió oficialmente el crédito por estos rompecabezas, pero varias anécdotas parecen confirmar que fue él quien creó el Sudoku.
“Ubicar el número” se convirtió rápidamente en uno de los puzles más populares de las publicaciones de Dell, pero la historia del Sudoku estaba todavía al inicio. Su expansión mundial solo empezó cuando Japón se enteró de este juego.
El Sudoku llegó a la Tierra del Sol Naciente en 1984, a través de la publicación Monthly Nikolist Magazine de la editora Nikoli.
Los puzles publicados por Nikoli bajo el nombre “Suuji wa dokushin ni kaguru” (Los números deben permanecer solos) seguían los mismos principios que aquellos de Dell, pero la editora japonesa introdujo dos nuevas reglas.
La primera determinaba que los números asignados al inicio de cada juego deberían crear diferentes diseños. El objetivo era hacer el juego visualmente más atractivo para el público.
La segunda regla establecía que el juego nunca podría iniciar con más de 32 números asignados, del total de 81 que componen la tabla. Este límite asegura que el juego siempre es un reto, incluso en los niveles más fáciles.
Estos puzles fueron un gran éxito en Japón y rápidamente se generalizaron en otras publicaciones. Debido a su popularidad, eventualmente se acortó su nombre para incluir solamente los caracteres que representan número ((数 – Su) y solo (独 – Doku), o sea, Sudoku.
La historia del Sudoku estaba ya en su recta final y solo quedaba su conquista del mundo.
En 1997, el neozelandés Wayne Gould, un juez jubilado del tribunal criminal de Hong Kong y aficionado a los puzles, descubrió el Sudoku cuando visitaba una librería en Tokio. La sencillez de estos exigentes rompecabezas rápidamente captó su atención y se convirtió de inmediato en un aficionado.
En los años siguientes, se dedicó a escribir un programa informático que le permitiera generar tablas de Sudoku y determinar su nivel de dificultad automáticamente.
En 2004, la historia del Sudoku completó finalmente su ciclo con el regreso al Occidente. En ese año, Gould logró convencer al periódico The London Times de que publicara algunos de sus puzles. Se lanzó el fenómeno. Periódicos, revistas y editoras, primero de Reino Unido y Estados Unidos y luego de todo el mundo, rápidamente siguieron el ejemplo de The Times en la publicación de estos juegos. El Sudoku alcanzaba así el estatuto de uno de los rompecabezas más populares y difundidos en el mundo.
No obstante no ser su creador, Gould figuró en la lista de 100 personalidades más influyentes de la revista Time en 2006, gracias a su papel en la divulgación y al subsecuente éxito mundial de los puzles.
2006 también marcó el inicio del Campeonato Mundial de Sudoku, un evento anual en el que participan jugadores individuales y equipos nacionales para resolver puzles de niveles muy difíciles en el menor tiempo posible.